Alba:
Bueno, el otro día ha sido la
segunda vez que íbamos a una carrera de ciclocross a Asturias, esta vez en La
Tenderina, (Oviedo).
Tuvimos que madrugar bastante,
porque el viaje era largo. Hacia especialmente frío. Cuando llegamos allí,
después de prepararlo todo fuimos a dar una vuelta. Yo llevaba guantes cortos y
casi se me congelan los dedos. No nos dio tiempo a verlo entero, pero lo vimos
prácticamente todo, además lo que nos quedaba era más o menos igual de lo que
habíamos hecho.
El circuito era divertido, porque
era con algunas subidas, además resbalaba, porque había barro.
Un rato antes nos pusimos al lado
de la salida, para coger sitio. Y al final tuve suerte, porque pillé sitio.
Estaba un poco nerviosa, no sé porqué.
Bueno, en cuanto salí se me paso un poco. Los tablones eran muy altos y por eso
nos los quitaron. La carrera fue transcurriendo. Desde la salida yo me coloqué
en la cuarta posición.
Llegados a un momento de la carrera
tenía muy cerca a los de mi equipo. En una pequeña subida mi hermana me
adelantó. Pero en ese momento yo iba bien y la volví adelantar.
No podía cambiar porque en un
charco me había salpicado toda la mano y la maneta y me resbalaba mucho.
Después de varias curvas la gente
se estaba bajando, a mi no me costó mucho hacerlo montada, e iba rápido, así
que no me desmonté.
Un poco después nos metíamos ya en
la curva antes de la recta de meta, que estaba todo en subida y estaba mojado y
resbalaba.
Entré en la misma posición de antes
al esprín con un infantil, al final me ganó, pero… ¡Me lo pase muy bien!
Ariadna:
Esta semana nos tocaba ir a Oviedo,
la capital asturiana, a un circuito en el barrio de La Tenderina que dicen que
es muy duro.
Al llegar fuimos a dar una vuelta
al circuito, antes de llegar a la salida había una subida que cansaba mucho.
Después de la salida estaban los tablones, que eran enormes yo diría que más
que los de Llanes.
Corrimos después de los cadetes,
los junior y las féminas. La salida esta vez tampoco me fue bien (como en las
últimas carreras), y en vez de pasar los tablones como consideraron que no
estaban bien nos pasaron por al lado, íbamos muy juntos pero no hubo atasco, yo
me bajé para pasar el barro porque sabía que lo hacía más rápido.
El zig-zag
que venía después era difícil porque estaba inclinado y me dolían las manos de
frenar. Nos íbamos separando cada vez. Esta vez, también iba cerca de mi
compañero Axiel.
Después del zig-zag vino una bajada y luego una subida que era
más o menos larga y dura, que pocos la hacíamos con la bici en la mano. Yo en
esa parte remonté mucho porque la subida me salió bien, esa parte era pequeña,
pero era dura y se te hacía larga. Después de eso venía una curva y la última
subida de asfalto, que esprinté mucho.
Después me hice una foto con el campeón
Olímpico en Pekín, Samuel Sánchez.
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